Las zonas ocupadas
Marruecos mantiene un extenso muro construido a lo largo de todo el territorio saharaui, con una longitud de aproximadamente 2,720 km y custodiado por cerca de 180 mil soldados, lo que implica de facto un control de aproximadamente dos terceras partes del territorio de la RASD. Frente a esto, la población saharaui, tanto de la parte este como la del oeste del muro defiende su derecho a existir como Estado soberano aunque se encuentra ocupado por fuerzas del Reino de Marruecos en un intento de expandir sus fronteras terrestres. La cuestionable actitud de los gobiernos españoles y los intereses expansionistas de Marruecos han mantenido inconcluso este proceso de descolonización por tantos años.
En vísperas de la salida de la potencia española, el vecino del norte implementó una estrategia invasiva conocida como la Marcha Verde, a través de la cual, el 6 de noviembre de 1975 cientos de miles de personas de origen marroquí ingresaron al territorio saharaui para instalarse en él y así comenzar a habitar y asegurar los resultados del referéndum de autodeterminación al que se habían comprometido los españoles desde 1973. Ocho días después, el 14 de noviembre, España entregó el control del Sáhara a fuerzas marroquíes y mauritanas a través de la celebración de los Acuerdos Tripartitos de Madrid, mismos que fueron elaborados en secreto y al margen de la ley.
Más tarde, el reino comenzó a atacar a las poblaciones saharauis que se vieron obligadas a partir al exilio bajo la amenaza de los bombardeos con napalm y fósforo blanco, por lo que el comienzo de los enfrentamientos armados para la defensa del territorio y la población fueron inevitables; en el sur contra Mauritania y por el norte contra las fuerzas marroquíes. El ejercito saharaui estaba notoriamente menos preparado, no solo por la cantidad de soldados sino también por la cantidad de armas a las que tenían acceso, pues inicialmente España era la protectora y con su abandono quedamos sin ejército, por lo que los jóvenes saharauis que se empezaron a organizar con un escaso armamento consistente en siete rifles. En contraste, el ejército de Marruecos era conocido por ser uno de los más fuertes de la región; no obstante, y gracias al dominio del desierto y a la elaboración de estrategias militares sólidas, los saharauis fueron tomando cada vez más fuerza.
Como resultado del dominio militar que los saharauis ampliamente demostramos entre 1979 y 1981, con asesoría y apoyo logístico y militar de Francia, Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel, Marruecos empezó la construcción de muros militares como estrategia de defensa y para el mantenimiento de la ocupación. En 1980 se construyó el primero, cuyo propósito principal fue mantener el control de una zona estratégica por sus recursos y ubicación. A pesar esto, los saharauis siguieron su avanzada, por lo que en 1984 se construyó el segundo y tercer muro, en 1985 el cuarto y quinto, y, finalmente, en 1986 el último, con lo que se cercó aproximadamente el 75% del total del territorio.
Estos muros militares se acompañaron en todo momento (hasta la actualidad) de sofisticados armamentos y millones de minas antipersona, representando así no solo una trinchera segura para Marruecos, sino también una de las zonas más contaminadas a nivel mundial. Como respuesta, el Frente adoptó una lucha de desgaste, con lo que las pérdidas económicas y el agotamiento físico y psicológico les llevó a aceptar el plan de paz propuesto desde Naciones Unidas en 1991.
Con el plan de paz se esperaba hacer posible la organización del referéndum, pero no fue posible debido a constantes obstaculizaciones por parte de Marruecos. Así, luego de cuarenta y cinco años, cientos de miles de saharauis han tenido que vivir privados de una libertad verdadera dentro de su propio territorio, pues constantemente son víctimas de fuertes violaciones a los Derechos Humanos, ya que en las zonas ocupadas son perseguidos, marginados y reprimidos por hablar su dialecto, por hablar el castellano e incluso por portar su vestimenta nacional e ir en un grupo mayor a tres personas.